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Friday, September 21, 2007

ROSA SE RINDE ANTE EL CANCER EN EL DIA QUE PODRIA SER “LEGAL” EN ESPAÑA

Madrid, 21 sept, Edwin Pérez Uberhuaga (Raíz).- La boliviana Rosa Santos Quispe, debería recibir hoy su primer documento de residencia en España, luego de tres años de permanecer aquí, pero hace unas horas decidió liberarse de su intenso dolor y pidió la anestesia casi total, para esperar sin sufrir más que el cáncer acabe con su vida, a los 44 años de edad.La medianoche del miércoles fue el límite de su resistencia a ese dolor provocado por el cáncer y las várices en la zona hepática y que, en la lucha con los medicamentos, hicieron hinchar su estómago de manera considerable y disminuyeron la energía de sus manos al darle la mía.En su estado de semi-consciencia y de palidez en el hospital Murillo Díaz de Madrid, esta heroína moderna, nacida en Chuquisaca y radicada luego en Santa Cruz, expresó su agradecimiento por la solidaridad de españoles y bolivianos, que se enteraron de su historia, a través de Raíz Bolivia.Su hija Lizeth informó que un sacerdote que llegó de Bolivia la visitó para darle apoyo espiritual y gestionar ante la Embajada de España que se acelere la visa para la llegada de su tercer hijo, con quien ella quería tener una última reunión familiar, para decir que toda su vida trató de ser buena madre y que se cuiden y protejan entre todos.Lizeth dijo que ahora la incógnita es saber si su hermano gastará tanto dinero para venir y que, casi al mismo tiempo, el cuerpo de su madre sea trasladado a Bolivia, cumpliendo su último deseo y el deseo de su esposo, que no la ve desde hace tres años. Curiosamente, el viaje a España de Rosa se produjo un día después de que él cumplió años.ARRAIGO SOCIALRosa, al igual que miles de hombres y mujeres indocumentados, iba contando los días hasta llegar a los tres años, para acogerse al beneficio del “arraigo social”, previsto en las leyes de España para aquellos que tienen una oferta de trabajo y no han tenido problemas con la ley.Pero la enfermedad llegó antes que los “papeles” y Rosa se irá sabiendo que hizo bien al traer a sus dos hijos de 27 y 20 años, mientras que el otro de 23, se quedó en Bolivia con su padre para terminar sus estudios universiatrios, con el dinero que ella mandaba.En medio de sus delirios, Rosa aún pregunta si su hijo ya ha llegado o repite una y otra vez “vámonos”, la palabra de muchos migrantes que extrañan su tierra y recuerdan sus montañas, valles y llanos.AMOR MADRE HIJARosa fue madre a los 17 años y cuando se enteró que ya iba a dar a luz a Lizeth, se fue de Sucre y fue atendida por una matrona en el área rural, porque tenía miedo de que en el hospital le cambien a su bebé, algo que pasaba a veces hace dos décadas.Ese cuidado especial continuó en España, donde Lizeth y su madre compartían las alegrías y tristezas de la distancia.“La voy a extrañar mucho”, dice la joven Lizeth, que prepara la despedida con aplomo, ya que, por azares de la vida, en su primer trabajo en España acompañó hasta su última hora a una anciana española o “yaya” como las llaman aquí.Ahora Lizeth tiene que buscar tres mil euros para los gastos de la funeraria, mientras que en el Consulado de Bolivia le ofrecieron apoyarle con el envío de los restos de su madre. Rosa se irá con su hijo mayor, de 27 años, que ya no encuentra razones para quedarse en Europa, donde los hombres sufren más que las mujeres, por razones laborales. En su lecho, Rosa murmura algo al oído de Lizeth, mientras que un pariente y una amiga observan impotentes. Es mejor despedirnos. Afuera, la lluvia de Madrid marca la agonía del verano y una lágrima oculta marca el adiós a Rosa, madre y mujer migrante, una heroína del siglo XXI.
• Edwin Përez U. es Director de la Revista Raíz Bolivia- 0034-655447696 visite y opine en www.revistamigrante.blogspot.com, www.vulcanusweb.de, www.llajta.ch

SOLIDARIDAD CON MUJER MIGRANTE QUE QUIERE VER A SUS HIJOS ANTES DE MORIR
Madrid, 13 sept, Edwin Pérez Uberhuaga (Raíz).- Una fuerte corriente de solidaridad ha generado la crítica situación de la madre migrante boliviana Rosa Santos Quispe, que sufre un cáncer terminal y que sueña con reunir a sus tres hijos, uno de ellos en Bolivia, para despedirse antes de morir.A través de llamadas telefónicas, mensajes por internet y contactos directos con Raíz Bolivia en España, periodistas de medios de comunicaciñón bolivianos, latinoamericanos y europeos, buscan profundizar una historia dramática, que revela el lado oscuro de la migración boliviana en el mundo.Madres de familia, sacerdotes y ciudadanos también expresaron su apoyo a campañas que surgen en Bolivia para conseguir un pasaje de avión para el hijo universitario y para agilizar los trámites para la obtención de un visado que normalemente tarda dos meses, demasiado tiempo para alguien que a cada momento siente que se le escurre la vida.Los ojos de Doña Rosa, de 44 años, se iluminaron cuando su hija en Madrid, que ha dejado de trabajar para cuidarla, le comentó que periodistas de Bolivia y España quieren entrevistarla. Sin embargo, temen un mal uso de la información o que se afecte los trámites para el viaje de su hermano.Este jueves a las 16.45, Rosa dormía en el hospital, apenas cubierta por una sábana por el calor del agonizante verano, conectada a los sueros y con un aparato de televisión que la distrae un poco, o que disimula los quejidos de una anciana española, su vecina de cuarto, que tendrá su mismo final.Su rostro de chuquisaqueña es moreno y su cabello negro es lacio, pero cuando hablaba se notaba el acento oriental de ésta protagonista de la migración occidental hacia el oriente boliviano y luego hacia el Viejo Mundo.DRAMAS OCULTOS“Este caso es público, pero hay muchos migrantes que sufren accidentes o mueren sin que sus parientes se enteren”, dijo un voluntario español que desde hace años acompaña a los nuevos migrantes.En efecto, los consulados de Bolivia en Madrid, Barcelona y otras ciudades se ven en figurillas a la hora de saber de la grave enfermnedad o el fallecimiento de alguien, sobre todo si es indocumentado y no tiene el dinero suficiente.Ahora, como en aquellos casos, se busca el apoyo de Aerosur para que transporte a bajo precio o sin costo al hijo de Doña Rosa, para aliviar las últimas horas de aquella que lo dejó hace tres años para ganar dinero y pagarle sus estudios.“Si vivir lejos de la familia es muy duro, morir lejos de ella es lo peor”, dijo Juana Mejía, boliviana en Madrid.• Edwin Përez U. es Director de la Revista Raíz Bolivia- 0034-655447696 visite y opine en www.revistamigrante.blogspot.com, www.vulcanusweb.de, www.llajta.ch

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