2006: CORRUPCION Y ABUSOS SE ENSAÑARON CONTRA MIGRANTES BOLIVIANOS
2006: CORRUPCION Y ABUSOS SE ENSAÑARON CONTRA MIGRANTES BOLIVIANOS
Por Edwin Perez Uberhuaga *
La caótica migración boliviana, intensificada durante el 2006, ha sido marcada por la corrupción y abusos dentro y fuera de Bolivia y se convierte en un fenómeno que es necesario analizar para que esos hechos no vuelvan a ocurrir en ninguna parte..
Casi tres millones de mujeres, hombres y niños, empujados por la crisis económica de un país de solo nueve millones de habitantes, ahora transitan por el mundo en busca de mejores días y para enviar dinero a aquellos que los despìdieron con lágrimas en los ojos, sabiendo que no los verían en mucho tiempo.
Este corresponsal ha visitado en autobús diez países de Europa en el 2006 y ha entrevistado a miles de bolivianos, que tenían sonrisas de esperanza por la estabilidad lograda, buenos matrimonios interculturales y las ventajas de los paises desarrollados o derramaron lágrimas de frustración porque el paraíso europeo no era tal y que al mover un árbol no caen los euros, como ellos creían al llegar.
LOS SUFRIMIENTOS
La impotencia es mayor cuando se sufren hechos de corrupción o abusos dentro y fuera de Bolivia, que son como nuevos eslabones en la cadena de sufrimientos de alguien que nunca pensó en dejar su pueblo o su ciudad o que no sabía que debía hablar otro dioma que el castellano, quechua, guaraní o aymara.
María y Juan (nombres falsos) son dos migrantes de Cochabamba y Santa Cruz cuyos casos engloban esta realidad, desbordada luego de los rumores y la confirmación posterior de la visa a los bolivianos para la Union Europa desde el 1 de abril del 2007.
Ambos, en diferentes épocas viajaron a España e Italia, donde se concentra la mayor cantidad de bolivianos en Europa (más de 350 mil actualmente).
COMIENZA LA ODISEA
Como su esposo Raúl estaba desempleado, Maria decidió viajar a Italia desde Cochabamba. Un banco le pidio garantias para prestarle y dinero, y como no tenían bienes, recurrió a un prestamista o usurero que le dio el dinero a cambio de intereses muy altos.
Una agencia de viajes le ofreció un pasaje tres veces más caro, que incluia “cursillos de orientación” con videos y fotocopias y le aseguraron que, si no la dejaban entrar a Europa, le cubrirían su segundo intento.
Fua a sacar su pasaporte, pero tampoco fue fácil, porque no había muchos disponibles y una parte estaba destinada a peruanos, ecuatorianos, colombianos y chinos, ansiosos por ser “bolivianos” para ingresar a Europa como “turistas”, ya que injustamente ellos fueron privados de ese derecho.
Como es un requisito tener una carta de invitación de alguien en Europa, María se acordó de su compañera de escuela y gran amiga, hace muchos años en Italia. Sofia le dijo que le enviaria la carta...a cambio de 400 dólares.
Salir de Bolivia tampoco fue facil. Fue increpada por los funcionarios de aeropuerto por irse a trabajar al extranjero y le quisieron cobrar dinero. En el aeropuerto de Venezuela también algunos funcionarios le pidieron dinero, a pesar de estar en un país en tránsito.
En Paris, junto a otros “morenitos” fue sometida a un interrogatorio policial humillante. Unos cuantos ingresaron y otros fueron devueltos a Bolivia, a pesar de que algunos realmente eran “turistas”. En París María escuchó el relato de una mujer que fue detenida 48 horas por no tener papeles y que estuvo a punto de ser violada por otros migrantes dentro de la misma celda.
En el aeropuerto de Italia no estaba Sofia, que habia prometido esperarla, el taxista le cobro cuatro veces mas del precio normal y, al verla sola y desorientada, le ofrecio su casa, a cambio de pasar la noche con él. María no aceptó.
Sofia la recibió con frialdad y, a pesar de saber el nivel de dedudas de María, le pidió 300 dólares de adelanto por el “affito” (alquiler) y le prometió ayudarle a buscar trabajo, algo que hizo a medias.
La recién llegada consiguió un trabajo de “badante” (cuidadora de ancianos), pero el “patron” se murió tres semanas más tarde y ella se quedó una y otra vez sin empleo y con una economía muy debilitada.
Maria encontro a otras paisanas, pero fue victima de sus rumores e intrigas, ya que ellas avisaron a su esposo que ella lo traicionó durante una fiesta boliviana en la que departio con la gente, sin realmente haber hecho nada malo.
Con su familia en crisis y sus tres hijos que no la quieren obedecer “a distancia”, Maria tuvo que aceptar convivir con un marroquí que a veces le da dinero, pero que a veces tambien se lo pide. Ella debe obedecer, siguiendo la tradicion musulmana, y tampoco debe quejarse si él busca otras esposas o amantes.
Ella ha encontrado una asociacion boliviana solidaria y ahora espera con paciencia una posible legalizacion en Italia el 2007, que le permita obtener un salario justo, sin que sea explotada cuando hace labores de limpieza y que le permita volver al pais o hacer que sus hijos viajen para estar con ella. La distancia con su marido es la misma que del océano, pero aún sueña con tener a su familia unida.
EL MACHO LATINO
Juan nunca adivinó que de ser un jefe de una oficina pública, con los sagrados “viernes de soltero”, compartidos con su secretaria, se iba a convertir en un aprendiz de albañil y que, si no tenía trabajo, debía ocupar el puesto de “amo de casa” y cocinar para su esposa Laura y sus dos hijos.
Ya en el aeropuerto español sufrió el “cuento del tio”, es decir, que alguien le pidio su dinero para ir a cambiarlo a un buen precio y sin que la Policía sospeche. Sus “amigos”, nunca más aparecieron.
En sus primeras semanas en España no encontró trabajo y cuando lo tuvo, no le pagaron por estar indocumentado. “Si quieres denunciarme, hazlo”, le dijo su jefe, un latino acostumbrado a explotar a los “nuevitos”.
No creía a los que le decían que para los hombres es muy dificil encontrar trabajo. Pensó que su licenciatura en Economia y su buena pinta eran suficientes, pero nadie le dio importancia.
Hay patrones que le ofrecen trabajo, pero le dicen que él mismo con una parte de su salario debe pagarse la Seguridad Social, lo que es ilegal porque es obligatorio para los empleadores.
Haciendo cálculos, para él es mejor estar en su cuarto, cuidando a sus dos niños y cocinando lo que puede, en vez de contratar a una niñera, hasta que llega la salvadora mano de Laura, que trabaja en tres lugares cada dia, para cubrir la economía familiar.
Ambos tratan de olvidar la noche en que, lleno de celos e indignado porque ya no es el hombre que lleva “los pantalones en la casa”, golpeó a su pareja. “Podriamos perdonarte que no tengas papeles, pero no que golpees a una mujer”, le dijo el policia español que estuvo a punto de ordenar su expulsion del pais.
Juan y su familia esperan que la estabilidad económica crezca en Bolivia para que puedan dejar Europa, donde tuvieron muchas alegrias y tristezas y aprendieron a valorar lo bueno que tiene su país, enclavado en el centro de Sudamérica y que espera mejores días.
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