MIGRANTES EN SUIZA SE REFUGIAN EN LA FE PARA SUPERAR SUS PROBLEMAS
Ginebra, 12 dic, Edwin Pérez Uberhuaga (CEM).- “Buenos dias, soy boliviana de 45 años de edad, por necesidad he llegado aquí hace unos dias y le pido a Dios que me proteja, porque es la primera vez que dejo mi pais y mi familia”.Frases como esa se escuchan cada fin de semana durante el culto de la Comunidad Cristiana Latinoamericana (CCLA) de Ginebra, que se ha convertido en un punto vital de apoyo espiritual a los migrantes, sobre todo mujeres, que inician una sorprendente aventura lejos de su pais.En Suiza hay un creciente numero de bolivianos. Algunos tienen problemas de conducta y de adaptacion, pero la mayoria se esfuerza por preservar sus valores y fortalecer su fe, para que la distancia con sus parejas o hijos sea mas llevadera.Al amplio apoyo espiritual dela CCLA se suman cursos de frances y aleman, asistencia social con las "Permanencias Volantes” del EPER, los sindicatos y servicios voluntarios para la defensa de los derechos de los migrantes, cuando no reciben un trato justo de sus jefes.Es tan grande la influencia boliviana, que la pastora suiza Roswitha Golder luce una estola hecha con aguayo (textil andino), obsequiada por una colega boliviana, y en sus refexiones en el pulpito, en que demuestra su amplio conocimiento de la situacion migratoria, se le salen algunas palabras con acento camba, colla o chapaco.“En Europa se toma la Navidad con un sentido mercantilista, pero hay que entender que se trata de la historia de migrantes que no encontraron un lugar en la posada y que dieron a luz a un bebe en un humilde pesebre, todo lo contrario del lujo que hoy observamos”, dijo.Esos temas fueron mencionados en el estudio bíblico del domingo pasado, junto con el Pastor Jairo Monteiro, que realiza el mismo trabajo con la comunidad brasileña,cuya cantidad tambien se ha incrementado.El primer domingo del Adviento tambien dio lugar a la integración latinoamericana, ya que la AMEGI, Asociación de mexicanos residentes en Ginebra organizó un almuerzo en solidaridad con la familia de una de sus compatriotas, fallecidas recientemente.Durante el almuerzo comunitario, el cuñapé (pan con queso cruceno y beniano), preparado por una nueva migrante se compartio con la comida mexicana, mientras unos mariachis entonaban canciones universales e interculturales.La boliviana recien llegada, se encontró con un calido ambiente, en medio del invierno europeo y acumuló energias para buscar trabajo, pagar sus deudas en Bolivia y saber que Dios estará con ella, a pesar de todo.
Edwin Pérez U., periodista, es coordinador en Suiza del Centro de Estudios en Migraciones (CEM). El CEM es un centro cibernético de intercambio de informaciones.
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