EN NOVIEMBRE SUIZA CONOCIO A BOLIVIA A COLORES Y EN BLANCO Y NEGRO
Suiza, 3 dic, Edwin Pérez Uberhuaga (CEM).- A lo largo del mes de noviembre, los suizos y gente de muchas nacionalidades han podido conocer Bolivia a colores y blanco y negro, con su riqueza cultural, sus contrastes sociales y una creciente ola migratoria, que marcan una relación especial entre ambos países.
Excepto por la riqueza económica, Suiza y Bolivia se parecen mucho: tienen altos picos nevados en Los Alpes y en Los Andes, tienen casi la misma población: más de ocho millones de habitantes, son mediterráneos y mientras en Bolivia se habla castellano, quechua, aymara y guaraní, en Suiza se comunican con el francés, alemán, italiano y romanche.
En noviembre, el conocimiento de Bolivia se ha profundizado a través del octavo Festival Filmar en América Latina, la fiesta de cruceños y benianos por las efemérides departamentales, el concierto de Ruphay con las danzas del Grupo "Raíces de Bolivia" y la lucha de compatriotas indocumentados por sus derechos.
Esas actividades provocaron, sonrisas, llanto y admiración hacia un pueblo hoy gobernado por un indígena, Evo Morales, que ha comenzado una lucha contra la pobreza, que aun hoy obliga a muchos a emigrar. No se sabe cuantos compatriotas hay en Suiza, pero en cada cantón se puede escuchar el acento camba, colla o chapaco de los visitantes.
SIMPLEMENTE BOLIVIA
El martes pasado, el Festival de Cine Latinoamericano en Lausana cerro con broche de oro la proyección de decenas de películas, con el film "Bolivia" de Adrián Caetano (2001), ganador de varios premios, que describe la vida de un migrante boliviano en Argentina, donde persiste la intolerancia a los bolivianos, peruanos y paraguayos indocumentados.
En Ginebra también se proyectó la película "Patricia, una vez basta", dirigida por Julia Vargas Weise (2005), que refleja la problemática del SIDA dentro de una sociedad muy conservadora. En un debate organizado por Tierra de Hombres, la voluntaria Sofía Guaraguara, lamentó que la escasa educación sexual, asociada al consumo de alcohol provoque el crecimiento de las enfermedades de transmisión sexual.
También ha llamado la atención el film "Quiero vivir", de la francesa Muriel Brenner (2005), que muestra la vida de los jóvenes de El Alto, que tienen que superar la exclusión social, el alcoholismo, los embarazos no deseados y el desempleo, para obtener trabajos dignos y no verse forzados a migrar a otras regiones del país, Argentina o Europa.
LA HERENCIA DE LOS PIONEROS
El grupo Ruphay, que lleva casi 40 años difundiendo la música andina en Europa, pudo entregar su herencia a niños suizo-bolivianos que, a través de las danzas tradicionales, participaron en un concierto realizado en el Colegio Calvin, en la ciudad antigua de Ginebra, ante mas de un centenar de asistentes.
Basilio Guarachi, uno de los pioneros en Europa, dijo que la realización del concierto junto con el grupo de danzas "Raíces de Bolivia" en Ginebra, ha permitido unir a los que trajeron los aires andinos con los jóvenes y niños que desde hace anos viven en Suiza y participan en carnavales y festivales multiculturales.
Días antes, el co fundador de Los Jairas, Julio Godoy, también mostró la versatilidad de la música boliviana a través del conjunto "La familia", integrado por europeos amantes de la música andina, dentro de un concierto en el que también intervinieron artistas rusos con su folklore.
FIESTAS CAMBAS
En Ginebra y Zurich, la mayoría de los migrantes bolivianos proviene de Santa Cruz y el Beni, que no dudaron en realizar serenatas y varias fiestas al mismo tiempo para celebrar sus efemérides departamentales, con la música de Swing Brothers, Katunga Show y otros.
Platos típicos como el keperí o el pan de arroz, preparados por manos expertas, acercaron a los cambas a su tierra, que ahora extrañan mas porque comienza en Europa la época de mas frío y nieve, que contrasta con el calor permanente de la Amazonia boliviana.
El 30 de noviembre, la investigadora Alejandra Bravo brindó una conferencia en Tierra Incógnita de Ginebra respecto al “Arte plumario”, en el que demostró que, mas que un signo de vergüenza, las plumas representan la cultura de muchos pueblos que hoy logran sus reivindicaciones.
La atmósfera boliviana también se siente en la boutique “Ayni”, ubicada cerca de la Plaza Augustins, donde se encuentran, entre otros, productos elaborados dentro del Proyecto Waki, de los niños y jóvenes de El Alto de La Paz.
LUCHAR POR SOBREVIVIR
Debido a las duras normas migratorias en Suiza, gran parte de los bolivianos no tienen estatuto legal, lo que implica que cada día es una lucha especial por sobrevivir y ganar todo lo posible para enviar el dinero a su familia y pagar sus deudas.
Hay la preocupación de los recién llegados, sobre todo hombres, que no encuentran un trabajo, mientras que los que están más tiempo han construido una red social de apoyo solidario, en una tierra donde las fronteras de las regiones y los países latinoamericanos van desapareciendo.
Otros compatriotas, como Norah Beltrán, desarrollan proyectos sociales para los niños de Aiquile en Cochabamba, de manera anónima, pero con la satisfacción de ayudar en la educación del futuro de Bolivia.
Edwin Pérez U., periodista, es coordinador en Suiza del Centro de Estudios en Migraciones (CEM). El CEM es un centro cibernético de intercambio de informaciones.
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