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Monday, October 08, 2007

CONSTRUCTOR DE LA DEMOCRACIA BOLIVIANA: HERNAN SILES ZUAZO

Madrid, 8 oct, Edwin Pérez Uberhuaga (Raíz).- Hernán Siles Zuazo, que inauguró los 25 años de democracia que en este mes celebran en Bolivia, en sus tres años de gobierno no tuvo muertos, detenciones ni dictó Estados de Sitio, a pesar de la gran confrontación existente en 1982.
Su hija, Isabel Siles Ormachea, dijo en Madrid que la lucha de su padre valió la pena, pero ahora hay que preservar la democracia y para ello hay que superar los odios raciales, regionales, o de cualquier otro tipo y llegar siempre a la busqueda de consensos, para evitar una posible “guerra civil”.
Isabel Siles, que reside 20 años en España, narró los momentos más importantes de la vida de su padre, que a la vez marcan la vida de la democracia boliviana, como la Revolución de 1952 o el retorno de la democracia luego de varios años de dictaduras, el 10 de octubre de 1982.
Su rostro es muy parecido al de su padre, el mismo rostro que como joven periodista pude contemplar en las interminables reuniones de Gabinete en el Palacio de Gobierno de La Paz, donde había diálogos a veces subidos de tono con la Central Obrera Boliviana, encabezada por el desaparecido lider Juan Lechín.
P.- ¿Cuáles fueron los momentos más importantes de la vida del Dr. Siles?
R.- Nació en La Paz el 19 de marzo de 1913, hijo natural del que fue después Presidente Hernando Siles Reyes e Isabel Zuazo Cusicanqui. Se educó en el Instituto Americano donde recibió una formación cristiana, liberal y profundamente democrática. En su adolescencia, ve desde fuera el ascenso y caída de su padre en medio de una gran convulsión social.
Cuando estalla la guerra del Chaco, en 1932, tiene 19 años y se enrola como soldado raso (a pesar de que el Ejército lo había rechazado por su avanzada miopía) en el Regimiento Illimani de La Paz, que es destinado a la toma de Alihuatá. Días antes de la toma en marzo del 33, es herido en un encuentro con las tropas paraguayas en Puerto Sosa, y pierde movilidad en tres dedos.

Cuando termina la guerra y la UMSA reabre sus puertas, Siles retoma sus estudios, trabaja para mantener a su madre y lideriza el movimiento universitario. Es curioso ver como en esos años del llamado socialismo militar (gobiernos de Toro y Busch), a pesar de su corta edad, Siles asume una postura decidida a favor de la democracia.
La década del 40 marca la confrontación entre las fuerzas sociales emergentes y la vieja oligarquía, que se niega a darles paso. Siles es elegido dos veces diputado por el MNR (nunca perdió una elección), que fundó junto a Victor Paz Estenssoro (VPE), Walter Guevara Arze, Carlos Montenegro, Augusto Céspedes y otros. Pero después de los atroces sucesos del 21 julio del 46 en el que se linchó al Presidente Villarroel, opta por el levantamiento armado y dirige la fallida guerra civil del 49 en la que fueron derrotados.
En las elecciones generales de 1951 se presenta como compañero de fórmula de VPE. Es la primera ocasión en la que un partido que no pertenece a las fuerzas tradicionales gana las elecciones generales, pero se produce un golpe militar, y el MNR se aboca a un nuevo levantamiento armado, que tiene lugar el 9 de abril de 1952, dirigido por Siles desde La Paz. Cuando triunfa la Revolución, Siles asume el gobierno y llama a VPE, que se encontraba exiliado en Buenos Aires, para asumir la presidencia.
P.- Muchos dicen que fue un error que le entregue a VPE...
R.- Siles defendía la constitucionalidad. En sus primeras declaraciones después de triunfar la Revolución anunció unas nuevas elecciones generales, pero su partido se lo impidió así que optó por ratificar los resultados del 51.
En el primer gobierno con VPE se hicieron grandes cambios revolucionarios: reforma agraria, nacionalización de las minas, voto universal, políticas de desarrollo del Oriente, reforma educativa, etc. Una vez asumida esas medidas se desata una crisis inflacionaria de dimensiones desconocidas hasta ese entonces.
P.- ¿Hubo sabotaje?
R.- Se cambió la estructura del Estado y, como es lógico, eso incidió sobre el sistema económico, no creo que hubiera sabotaje.


El 56 Siles es elegido Presidente en las primeras elecciones democráticas con voto universal. Su primer desafío es afrontar el desabastecimiento y la hiperinflación. Siles comprende que los logros de la Revolución no podrán proyectarse hacia el futuro sino es a través de la estabilización de la economía. Después de cuatro años de Revolución, el plan de estabilización lo enfrenta al ala de izquierda del MNR, encabezada por Juan Lechín Oquendo y se produce el primer resquebrajamiento interno del MNR. Las medidas son antipopulares pero necesarias y lo hace sin represión. Cuando en 1960 cumple su mandato constitucional, es nombrado embajador, primero, en Uruguay y, después, en España.
El 64, cuando VPE decide presentarse a la reelección, Siles juzga que es una medida inconstitucional y se opone frontalmente, lo que le acarrea el exilio. Pocos meses después, Barrientos da un golpe de Estado y, para Siles, empieza un largo periodo de exilios y oposición a los sucesivos gobiernos militares que dirigen el país hasta 1978. Son los años de las dictaduras militares en el Cono Sur, en los que la represión es extrema, lo que le obliga a trasladarse de un país a otro. Primero se asila en Uruguay y luego se ve obligado a trasladarse a Chile, Argentina y Venezuela. De los cuatro atentados que sufrió a lo largo de su vida, uno de ellos fue justamente durante este período, con la Operación Cóndor, en Argentina.
P.- ¿Qué pasó en el tiempo de la UDP?
R.- La transición boliviana a la democracia fue difícil y sangrienta. En los años 78-79-80 se convocan tres elecciones generales a las que se presentó como candidato de un frente de varios partidos de izquierda, Unidad Democrática y Popular (UDP), con Jaime Paz Zamora como Vicepresidente. En las tres elecciones obtuvo la mayoría relativa, pero en ninguna de las tres fue nombrado Presidente. El primer año se produjo un fraude monumental a favor del Gral. Juan Pereda, en el que aparecieron más votos que votantes, y a continuación tuvo lugar un cuartelazo. El 79 volvió a obtener la mayoría relativa, pero le anularon cien mil votos del Departamento de La Paz y se produjo lo que entonces se llamó un empantanamiento en las votaciones del Congreso. El 80 se produjo un nuevo empantanamiento. Meses más tarde vino el siniestro golpe de García Mesa que lo obligó a pasar a la clandestinidad y salir exiliado a Perú. Desde 1978 hasta 1982 tuvimos 9 gobiernos (7 de ellos de facto) y cientos de muertos. Retornó a Bolivia el 82, cuando el Congreso reconociendo los resultados del 80, lo nombró Presidente.
P.- ¿Ud. estuvo ahí?. ¿Qué sintió él?
R.- Sí, yo estuve ahí. Aceptar la Presidencia fue una decisión extraordinariamente dura para él. Tenía minoría en el Parlamento y se encontraba al frente de una coalicion de partidos de izquierda muy resquebrajada. Él sabía que era una situación imposible, pero la asumió como un sacrificio personal. La UDP se dividió en dos, los que pensaban que se debía convocar a nuevas elecciones y los que deseaban asumir el gobierno ya.
P.- Qué habría pasado si no asume la Presidencia?
R.- El país estaba radicalizado y se corria el riesgo de un nuevo golpe militar o, peor aún, de una guerra civil. Los años de nuestra transición (78 - 82) están entre los más negros de nuestra historia. Eran los últimos años de la guerra fría y la radicalización era extrema, tanto en la derecha como en la izquierda. El Presidente Carter dio pie a la apertura democrática en Latinoamérica, pero Reagan volvió a posiciones intransigentes y esto dificultó el proceso.
P.- ¿Es cierto que pidió cien días para solucionar los problemas del país?
R.- Sí. Fue un error… en realidad fue un ruego al pueblo boliviano para una tregua. Tuvo que enfrentarse tanto a la derecha en el Parlamento como a la entonces poderosa COB. Sus medidas económicas no eran aceptadas y se desata el proceso hiperinflacionario, hasta llegar al 24 mil por cirnto. Un año antes de terminar su mandato, renuncia (1985).
P.- ¿Hubo muertos?
R.- Su gobierno sufre varias huelgas generales que paralizan el país, pero se niega a usar la fuerza. A pesar del clima de enfrentamiento, respetó rigurosamente los derechos sindicales, que consideraba una de las bases elementales de la convivencia en democracia después de años de dictadura y represión. La opinión pública le exigía medidas de f uerza pero él se negó a dictar el Estado de sitio o a detener personas. Buscaba el consenso y negociaba personalmente con los movimientos sociales. Es una de las razones por las que la democracia se estabiliza. Después de años de dictadura se produce una explosión reivindicativa que podía haber acabado en enfrentamientos violentos, nuevos derramamientos de sangre y la involución del proceso. Pero no sucede así.
En 1996 Siles muere en Uruguay, retirado de la vida política.
P.- ¿Valió la pena lo que hizo el Dr. Siles?
R.- Sí, valió la pena, pero la democracia hay que preservarla y para ello hay que superar los odios raciales, regionales, o de cualquier otro tipo y lograr consensos.
P.- Su legado?
R.- Son dos: la Revolución del 52 y la democracia.
Edwin Përez U. es Director de la Revista Raíz Bolivia en España (record mundial de publicaciones gratuitas, con cien mil ejemplares) - 0034-655447696, uberedwin@hotmail.comvisite y opine en www.revistamigrante.blogspot.com, www.vulcanusweb.de,www.llajta.ch

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